A unas horas de que la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, discuta un amparo para solicitar
permiso de consumo y producción de cannabis para fines medicinales; surge la
pregunta: ¿y desde cuando necesita la “marihuana o cannabis” amparos ó
autorizaciones para su producción ó consumo? Después de que las transnacionales farmacéuticas y
el narcotráfico se adueñaron de las plantas “sagradas”, conocidas así por los
“chamanes ó xamanes, chilam balanes, sanadores”, etc; de las antiguas culturas;
comienza la monopolización y adulteración de los principios activos de las
plantas sagradas, coca, peyote, hongos, amapola, etc; etc; en este caso
hablamos de la marihuana ó cannabis.
“El Hombre Prehistórico usaba Alucinógenos como
Acto Sagrado en los Rituales Funerarios”
La marihuana es originaria de Asia del Sur y
central, su uso se remonta al siglo 3 a.c; según los textos Vedas. Se han realizado estudios arqueológicos en Asia Central, de donde
es originaria la cannabis, que demuestran la utilización de pipas en este
continente.
Las
investigaciones genómicas sobre la cannabis, arrojan resultados sobre 11
distintas especies emparentadas, siendo el lúpulo la más cercana.
Las supuestas pruebas más
tempranas de polen de cannabis, datan más o menos del 4500 a.C. En China el
emperador Shen Nung uso por primera vez la marihuana como remedio medicinal en
el año 2737 a. c; documentando su eficacia como remedio en el tratamiento de
dolores reumáticos y producidos por la gota.
La marihuana se cataloga como planta cognodisléptica,
(que estimula la imaginación). La marihuana difícilmente llega a producir
alucinaciones, más bien altera mecanismos en la memoria de tal manera que es
difícil recordar la información reciente, avivando todas las sensaciones y la fantasía,
generando un estado de felicidad y serenidad.
La
marihuana entró en la farmacopedia de los Estados Unidos desde 1850 hasta 1942
y se prescribía para varias condiciones incluyendo dolores de parto, náusea y
reumatismo.
La
marihuana se introdujo en América, en 1525
por los españoles, fue durante la colonia que se comenzó a popularizar; siendo
en los años 60’s con el movimiento hippi, donde se utilizó sin medida.
El uso de las “plantas sagradas” en sus estados
naturales y dosis adecuadas, contienen principios activos sanadores, ya que
ayudan a la producción y liberación de neurotransmisores.
Los estudios médicos sobre cáncer de pulmón y mal
de época; entre otras enfermedades degenerativas del aparato respiratorio,
arrojan cifras alarmantes relacionadas a los fumadores de tabaco, mientras que
es mínimo el riesgo en los fumadores de marihuana.
El tabaco suele ser más dañino debido a los
químicos con los que se mezcla; pero una vez más vemos la manipulación de las
empresas, farmacéuticas transnacionales y gobiernos para la legalización de una
“planta sagrada” que sin duda son más los beneficios terapéuticos que aporta a
la salud, que los daños que podría generar.
Pero el trasfondo de la legalización de la
marihuana infiere en las grandes cantidades millonarias de dinero que dejarán
de percibir las estancias involucradas en el narcotráfico.
Ninguna planta es mala, todas aportan algún tipo de
beneficio, aún las venenosas. Somos los humanos que no hemos evolucionado lo
suficiente para comprender que el mal y el bien (consciencia), radica en cada
uno de nosotros; reflejándose en nuestros comportamientos e ideas prejuiciados
a cerca del propósito de la madre naturaleza, pretendiendo monopolizar y
controlar lo que nos pertenece a todos.
Sin duda es cuestión de ética.
Esto me recuerda una de las frases de Marco Tulio
Cicerón: “Nada perturba tanto la vida humana, como la ignorancia del bien y el
mal”
Bibliografía: Arqueobotánica: BARIGOZZI
Ed. 1986“ The origin and domestication of cultivate plants. Elsevier.
Amsterdam.
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