Definición de ética: “Conjunto
de costumbres o normas que dirigen o valoran el comportamiento humano en una
comunidad”
Es precisamente de esta
definición de la cual se pretende analizar lo que está sucediendo en nuestra
sociedad actual.
Hemos visto, leído y escuchado
en todos los medios sobre la noticia de la captura del controversial “Chapo”;
noticia que ya no nos conmociona, debido a que nuestro concepto de ética ha
cambiado, ya que se ha permeado con la doble moral.
Esto nos hace pensar,
analizar y cuestionar el tipo de sistema en el que estamos sumergidos, en donde
el consumismo, la violencia, la apatía, la desigualdad, la injusticia, la
corrupción, la represión, la falta de respeto a todo y a todos, la mentira y
estafa entre muchas otras cosas más, están condicionando nuestra ética.
Los poderes legislativos se
encuentran carcomidos por la doble moral; en donde la ética se prostituye al
mejor postor para acoplarse a los pecados capitales de las altas esferas que
nos dirigen; es ahí en donde nos encontramos a los seres más involucionados de
la creación.
Se supone que estas altas
esferas son las que nos dan el ejemplo, se supone que como líderes que son
deben de predicar con el ejemplo y se supone que si se elige trabajar en
puestos de poder son para servir.
Ante toda esta situación, nos
enfrentamos a un fenómeno de hostilidad emocional, conductual e intelectual; en
el cual se manifiesta el monstruo de la avaricia que carcome a los hambrientos
de poder y dinero, siendo estos capaces de cualquier cosa con tal de obtener dinero
y poder.
Sin duda, el sistema en el
cual nos involucramos cada día está a punto de colapsarnos debido a su nula
integridad, funcionalidad, ética, justicia, igualdad, etc, etc, etc.
Pero como sugiere la sabia
cultura ancestral y popular: “Para todo mal, existe un remedio”,
que en este caso todos los que optamos por la evolución humana tenemos en
nuestras manos si nos mantenemos unidos en nuestro objetivo.
“Todos los Estados bien gobernados y
todos los príncipes inteligentes han tenido cuidado de no reducir a la nobleza
a la desesperación, ni al pueblo al descontento”.
Maquiavelo.
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