A una semana de las
votaciones los mexicanos en general; nos encontramos desorientados, confundidos
y sobre todo mal informados; debido a que no leemos;
solo nos informamos del Facebook, de las noticias, de la comadre, del
compadre, del amigo, del twitter, de lo que dice el otro o la otra sin tener un
poco de conocimiento de causa o discernimiento sobre la situación que se
desarrolla en nuestro País. Somos
repetidores de una idea o de una opinión, sin analizar, sin razonar y sobre
todo sin producir una idea propia que es lo más lamentable.
No somos capaces de emitir un juicio propio debido a que
nos dejamos controlar por opiniones convenencieras, manipuladoras, clasistas,
racistas; etc.
El punto es, que en este momento en que nos encontramos no se
puede seguir dependiendo de opiniones, creencias y pensamientos confusos de
personas que solo ven su beneficio y no el del país en conjunto.
Nuestro país requiere y necesita personas que produzcan;
no solo formas de trabajo que generen ganancias, sino también se requiere de
generadores de ideas, de cultura, de propuestas, de líderes que enseñen con el
ejemplo.
Necesitamos, requerimos y exigimos un México de raciocinio, de ética,
de honestidad, No de clientelismo,
de conveniencia sexenal, de compadrazgo, ni de dedazo; basta de esos gobiernos
que solo han demostrado ser un yugo y que nos han llevado a la crisis de
nuestro país.
Necesitamos y tenemos la obligación como mexicanos de
construir un País productivo, de oportunidades, un País de como lo fue la Gran
Tenochtitlán, como lo fueron nuestros antiguos gobiernos como el Zapoteca, el
Maya; etc que son ejemplos de lo que podemos lograr. Miremos en nuestro origen y
en nuestra historia, en dónde encontraremos las herramientas y las fórmulas
para que nuestro país renazca. Soluciones las tenemos frente a nuestros ojos.
La decisión, la oportunidad y la resolución la tenemos
todos y a la vez también la culpa de nuestro fracaso como País, como Nación
como entidad política y federativa; todo está en nuestras manos, todo depende
del rumbo que nosotros le demos a nuestro País. No puedes vender tu dignidad, tu valor, tu
País por un puesto que te ofrezcan, por conservar tu trabajo, por una despensa,
una tarjeta o una promesa. El cambio y
el éxito lo hacemos TODOS, así como también el fracaso, la derrota y la
desgracia que pueda conllevar una mala elección a la hora de emitir tu voto,
puesto que lo que nosotros elijamos afecta a todo el País y directamente a nuestra
persona, familia, trabajo, etc.
La propuesta es: No vendas tu dignidad, no vendas tu voto
y sobre todo NO VENDAS A TU PAIS. En este País vivimos todos, no importa la
clase social a la que pertenezcas o los estudios que tengas, no importa tu
edad, o el grupo étnico o el trabajo o cargo que tengas, tampoco importa si
eres militante de algún partido, o tienes una religión específica, ni tu
orientación sexual, etc. Si este País colapsa, América Latina lo resiente,
Europa, Asia, África, Oceanía; todo el planeta de alguna manera tendrá
repercusiones. Así seas el magnate del País los estragos alcanzan a todo los
niveles sociales, culturales, emocionales, psicológicos, conceptuales,
económicos, ambientales, espirituales y, sobre todo; ante un evento
natural como un sismo, una inundación, un tornado, etc, todos somos iguales.
Y yo
me quedo con esta sabia reflexión de Jonh M. Ackerman.
“Existen infinidad de maneras para alterar los resultados electorales y
defraudar la voluntad popular. El único antídoto indestructible al veneno de la
corrupción electoral es la masiva participación ciudadana. Todos y todas
estamos convocados a las urnas el próximo domingo 1 de julio para juntos
derrotar a los fraudulentos e iniciar la construcción de una nueva
República. “
Jonhn
M. Ackerman.
Doctor
en Derecho é Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
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